Mineria en Chile

La minería en Chile

Desde el siglo XVI Chile se caracterizó por su condición de país minero. Ya en el período colonial los conquistadores habían sido  atraídos por el oro y la plata y en el siglo XIX, el cobre, el carbón y el salitre hicieron posible la expansión económica. 

En el siglo XX, la llegada de la gran minería del cobre transformó al país en uno de los principales productores mundiales de este metal. Éste, junto al carbón, el petróleo y otros minerales no metálicos, hizo de la actividad minera una de las bases de la economía nacional.

Aunque se trata de una actividad históricamente importante en la economía del país, en las últimas décadas se convirtió en uno de los sectores más dinámicos de la economía. La minería es la principal actividad vinculada al comercio exportador (40% de las exportaciones del país).  Actualmente, el sector minero chileno está compuesto fundamentalmente de productores de cobre, oro y plata.

Las actividades mineras pueden encontrarse a lo largo de todo el país. En el Norte chileno se ubica la mayor parte de las reservas de cobre y oro.

Se identifican tres segmentos en el sector minero chileno: Gran Minería, Mediana Minería y Pequeña Minería. La Minería Estatal la llevan a cabo en gran parte  Codelco y Enami. En la Minería Privada se encuentran relacionados los tres segmentos mencionados y se vinculan con Enami a través de su estructura de abastecimiento.

En la Pequeña Minería chilena se explotan minas subterráneas, canteras o minas a cielo abierto, lavaderos y desmontes. Las minas subterráneas constituyen la principal forma de explotación y alcanzan el 92 % del total del trabajo y el 95 % de la producción. El 76 % de las tareas se dedica a la extracción de cobre y abarca un porcentaje similar del total de la producción.

En conclusión, podemos afirmar que la minería es para Chile una de las principales actividades económicas, sino es la más importante. Esto es posible no solo por la ventaja geográfica del país sudamericano sino que se debe también al apoyo estatal que recibe esta actividad. Aunque, a modo de crítica, es posible plantearnos ¿Por cuánto tiempo más se podrá desarrollar esta actividad?